martes, 4 de diciembre de 2012

In foreigners´shoes

Siempre me gustó contemplar la vida desde un costado, desde chica le pedía a mamá que me llevara a jugar a la plaza y una vez alli, solia sentarme a mirar a los otros chicos corriendo y trepando en los juegos.
Hoy, observo a diario a mis alumnos, veo sus gestos y la manera en cómo se relacionan entre ellos.
Esa curiosidad no es agena en las maratones a las que asisto. Me gusta el juego de ponerme en las zapatillas de los demás. Cuando corro, esa realidad que es mía, deja de serlo, y se transforma en la historia de cada persona con la que comparto el camino.

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